Lagos. La anunciada devolución de las escuelas privadas, nacionalizadas hace más de dos décadas en Nigeria (ver servicio 16/98), ha comenzado en el Estado de Edo, al sureste del país. Según el gobernador, Lucky Igbinedion, la medida venía exigida por los decepcionantes resultados de la expropiación: «La moralidad se ha deteriorado; las instalaciones están mal».
Las escuelas restituidas son 32, de las 318 que existen en el Estado. De esas 32, 16 han sido devueltas a la Iglesia católica, 9 a la anglicana, 2 a la baptista, 2 al Movimiento Islámico, y el resto a particulares. La mayoría de las escuelas nacionalizadas en Nigeria en los años 70 pertenecían a misioneros. Otros Estados, como Lagos, planean hacer lo mismo que Edo, tendencia que prospera en el nuevo clima democrático reinante en el país.
Sin embargo, la devolución de las 32 escuelas se ha encontrado con la oposición del sindicato de profesores. La organización alegaba que los profesores no recibirían trato justo de sus nuevos patronos, en lo relativo a condiciones de trabajo y pago de dietas y pensiones. Los docentes temen también el nuevo ambiente de trabajo: mayor exigencia, necesidad de reciclarse, etc. El gobernador Igbinedion ha tratado de tranquilizar a los profesores, asegurando que las escuelas privadas estarán bajo supervisión del Estado. Pero, al señalar que los buenos profesores no tienen nada que temer, también ha advertido que «esos que protestan me parece que son los que no tienen la cualificación adecuada».
En efecto, aunque les cueste reconocerlo abiertamente, la mayoría de los profesores temen que los nuevos patronos les exijan trabajar más y mejor. En las escuelas públicas, lo típico es que los profesores se dediquen poco a su trabajo, en parte por la baja remuneración, la escasez de material pedagógico y también por falta de preparación profesional en la mayoría de ellos.
Cuando se nacionalizó las escuelas, uno de los argumentos era que había que hacer la educación asequible a todos. Se decía que las escuelas privadas cobraban precios exorbitantes, fuera de las posibilidades de los alumnos pobres. Sin embargo, esta mentalidad de gratuidad es en buena parte la causa del hundimiento del sistema educativo.
Además, la nacionalización trajo una secularización acelerada de las escuelas. Los estudiantes con alguna formación moral la han recibido en casa o en la iglesia. Y la crisis de tantas familias ha dejado a muchos niños sin esa formación. Muchos de los nuevos líderes políticos han salido de las escuelas dirigidas por misioneros: de ahí que insistan en que, para librar a la sociedad de hábitos y prácticas corruptas, las escuelas deben volver a impartir formación moral.
Por otra parte, las cuatro universidades privadas recientemente aprobadas han empezado a admitir alumnos para su primer año de actividad. Son la Babcock University, de la Convención Baptista; la Madonna University, católica; la Igbinedion University, de Gabriel Igbinedion, padre del gobernador de Edo, más la Heritage University -aprobada a título provisional-, que, según se cree, es propiedad del general Ibrahim Babangida, presidente de Nigeria (1985-93) durante el anterior régimen militar.
Eugene Agboifo Ohu.