El MIPTV 99, panorama de las tendencias en televisión
Cannes. En el MIPTV de Cannes, uno de los mercados más importantes del mundo en materia de programas audiovisuales, se pronosticaba hace tres años que el fin del milenio vendría acompañado de un auténtica explosión de nuevos programas. Algo indispensable para satisfacer las necesidades de las televisiones temáticas que, gracias a la tecnología digital, cambiarían el panorama mundial del medio. Pero la edición de este año testimonia que las novedades tecnológicas no suponen necesariamente una mayor creatividad en los programas.
El MIP 99 ha congregado en Cannes a casi 3.000 compradores y vendedores de 50 países, en representación de 1.150 sociedades presentes con 484 stands. Bien es cierto que este año el MIP interactivo apostaba por su propio web, que permite identificar a los diversos compradores y vendedores en la red, y que quién sabe si, con el tiempo, sustituirá al encuentro personal en estas tierras francesas.
El mercado da pruebas de cansancio. Algunas grandes compañías americanas habían decidido no participar este año, quizás desalentadas por los altos precios que la organización hace pagar por los metros cuadrados de stands o porque consideran que ya Cannes no es el lugar ideal para las transacciones de programas televisivos. Otras importantes compañías acotan sus stands, fortificándose tras paneles en los que se exhiben carteles multicolores de sus producciones, pero reservando el interior a los compradores que ya han establecido el ritual de las citas con anterioridad. Cannes no es ya aquel mercado transparente, la cita ideal para comunicar proyectos, dar fe de la firma de contratos supermillonarios o servir de lanzamiento a la ficción más espectacular. Quizás esos contratos millonarios se tejen aquí, pero se rubrican en cada país, sin que nadie husmee en las cifras millonarias con las que se cierran la mayoría de los tratos.
Fórmulas en venta
Son varias las modalidades de negocio de productos televisuales que se dan en este mercado. De una parte están los formatos, entendiendo por tales fórmulas exportables de las que se adquieren los derechos para adaptarlas al gusto del país comprador, producirlas y emitirlas allí. Se vende la idea, con todas sus posibilidades, y un cierto «libro de estilo» que facilite la adaptación. La venta de estos formatos sirve tanto para concursos como para programas de ficción.
Un segundo capítulo está representado por la venta en exclusiva para cada país de acontecimientos en directo (live), tanto deportivos como culturales o artísticos. En esta línea, la RAI proponía la retransmisión de ópera, tanto en directo como en diferido (Aida, desde la arena de Verona).
Una tercera posibilidad es presentar proyectos para los que se necesita financiación, buscando socios que además de invertir en la producción aporten nuevos mercados donde emitirlos. Así, el grupo Mediaset de Berlusconi buscaba coproductores para una ambiciosa producción sobre los Borgia, para la que ya contaba con la cadena francesa TF1 y con la española Tele 5.
Por último, se venden los derechos de productos diversos ya realizados. En esta modalidad el comprador puede emitir durante un período de tiempo determinado una serie de pases televisivos de ese producto, acabados los cuales los derechos vuelven a ser propiedad del titular. Este apartado abarca la ficción televisiva (películas, TV movies, series, miniseries, comedias de situación), los documentales, los dibujos animados, los docudramas y un largo elenco de lo que se ha dado en llamar nuevos formatos, ya que cada vez más hay una cierta simbiosis o contaminación entre los géneros en televisión.
En este último caso, según el modelo televisivo (televisión generalista, TV de pago, canal temático), existe lo que se denomina ventanas (windows). Así, un mismo producto de ficción se vende primero a aquellos canales más restringidos, y sólo al cabo de un cierto tiempo está disponible para los canales generalistas. A pesar de los nuevos mercados, los productos televisivos siguen una escalada de precios notable. Y si bien los géneros de ficción son muy diferentes, el material cinematográfico (aquel producido para los cines y que encuentra en las televisiones un fértil mercado) es el de más alta cotización. Un ejemplo: la cadena generalista privada TF1 ha contratado cuatro pases de la película de James Cameron Titanic a la Fox por 72 millones de francos en un período de siete años. Para realizar una compra de este tipo, hay que tener gran confianza en las cifras de audiencia que se conseguirán y en la publicidad que acompañará a la emisión.
El documental, en alza
El mercado abre oficialmente dos días antes para dedicarlos por completo al documental, el MIPDOC, pensando quizás en un futuro segregar esta rama de productos que cada año demuestra su pujanza. Cada vez hay más documentales y cada vez se venden más. Los canales temáticos en sus diversas modalidades se nutren en su mayoría de este género, cuyos costes son muy inferiores a la ficción, sus procesos de producción más rápidos y sus precios de venta todavía asequibles, a pesar de que en documentales hay de todo. La línea de «naturaleza salvaje» (wild life) sigue concitando la atención por sus imágenes exóticas, y lo mismo sucede con los de tipo geográfico. Pero este año eran muy solicitados los documentales o programas de tipo life style, género que agrupa una miscelánea de moda, decoración, jardinería y cocina.
Discovery sigue apostando por los grandes temas documentales, y Canal Plus (Francia), fiel a sus alianzas internacionales, se convierte en la primera library documental europea.
Faltan nuevas ideas para la animación
La animación, a la que nuevas tecnologías han ayudado en los últimos años a abaratar costes y ganar en rapidez, parece escasa de ideas. Pocas y poco originales. Los japoneses, que dedicaron una sesión informativa a explicar que buscan socios para proyectos de ficción, parecen ya hartos de su línea de producción animada.
S 4 C, una productora galesa, presentó su proyecto «Animated Epics», una serie que incluye cuatro conocidos temas: Moby Dick, Beowulf, Don Quijote y Los Cuentos de Canterbury. Esta última, que fue exhibida en el mercado, demuestra la capacidad de sus promotores para realizar de forma inteligente una narración, apoyándose en muñecos animados que dan paso a las diversas historias.
La originalidad está en que cada una de las historias está concebida con un tipo de dibujo diverso. Cada una se ha encargado a diferentes productoras de países de la Europa del Este, donde los costes de producción son mucho más bajos y el trabajo excelente.
Esta inteligente manera de concebir una serie tan original fue premiada con una nominación a los Oscars al mejor dibujo animado.
Pensando en el próximo milenio, la Fox ha lanzado una nueva serie de animación que utiliza el mismo tipo de dibujo que se emplea para los Simpson.
La ficción, en busca de excelencia
En el terreno de la ficción, las grandes producciones escaseaban. La BBC lanzaba una ambiciosa nueva versión del texto de Dickens Grandes Esperanzas. TF1 celebraba el aniversario de Honoré de Balzac con una miniserie, interpretada -¡cómo no!- por Gérard Depardieu, tras su éxito televisivo de El Conde de Montecristo.
Más ambicioso como proyecto es la miniserie de cuatro horas de duración Joan of Arc, un personaje que estará de moda este año ya que también Luc Besson rueda una versión cinematográfica sobre la doncella de Orleans. El reparto de esta miniserie es excepcional: Jacqueline Bisset, Peter Strauss, Peter O’Toole, Shirley MacLaine, Maximilian Schell y Olimpia Dukakis, además de una joven y prometedora actriz, Leelee Sobiesky, que encarna a Juana de Arco.
Hallmark, que siempre ha llevado fama de apostar por la calidad y por los excelentes tratamientos de temas clásicos dirigidos a la familia (Titanic, Los viajes de Gulliver, La Odisea), presenta este año Viaje al centro de la tierra, basado en la novela de Julio Verne, y una nueva versión de Cuento de Navidad, con Patrick Stewart. A esto hay que añadir Too rich: A secret life of Doris Duke, basado en una historia real, con Lauren Bacall y Richard Chamberlain como protagonistas. Otras producciones suyas disponibles son Cleopatra, David Copperfield y Arabian Nights.
Televisión Española, por su parte, vendía El secreto de la porcelana, miniserie de dos capítulos basada en la novela de Josep Palomero Almela. La serie narra en clave de suspense una historia ambientada en Valencia en el siglo XVIII, sobre el secreto de la fabricación «a la china» de la pasta de porcelana. Está dirigida por Roberto Bodegas e interpretada por Eusebio Poncela y Omero Antonutti.
Leo Kirch presentó un buen lote de series fruto de coproducciones que, a juzgar por las imágenes promocionales, contenían más violencia de la habitual en los productos Beta. Pero su mayor baza, al menos de prestigio, era el inicio del rodaje -llevado con la máxima discreción- del último capítulo de la interesante serie La Biblia, coproducida con la Lux Vide italiana. Este último capítulo dedicado a Jesús estará disponible para su emisión el año próximo, coincidiendo con el Jubileo.
La RAI presentó la primera entrega de cuatro largometrajes que, bajo el título La vita che verrà, apuestan por la calidad, a juzgar por este primer episodio. Cuenta la vida de una joven empleada del hogar que debe vivir la guerra haciéndose cargo de los hijos de sus señores, uno de ellos recién nacido y cuya madre ha muerto en el parto. Una galería de personajes de la vida cotidiana en tiempos de guerra y penuria se enfrentan a un futuro incierto con miedo y esperanza. Un tipo de narración e historia que recuerdan vagamente al neo-realismo, con un acento esperanzado e incluso optimista. Está realizada por Pasquale Pozzesere.
Series para todos los gustos
Las TV movies se van abriendo cada vez más camino en las televisiones europeas. Era un formato poco aceptado hasta ahora debido a la proliferación de filmes. La mayoría son de origen norteamericano, de buena hechura y basadas en acontecimientos que han tenido repercusión en la opinión pública. Abundan también los thrillers y los relatos sentimentales.
Abundan las series, que tocan muy diversos géneros. Franceses y alemanes se decantan por lo policiaco. La ZDF alemana parece tener una confianza total en este género; no en vano su famosa serie Der alte lleva en antena 22 años con un total de 250 entregas, de una hora cada una. A cause for two ha alcanzado también una cifra récord de permanencia, 16 años en antena. Ahora con The air rescue team la ZDF apuesta por las aventuras de una patrulla de rescate con helicópteros.
La RAI vende su versión de Médico de familia y la firma Endemol, especialista también en concursos televisivos, presenta como novedad The Aquanauts, una especie de versión submarina y ecologista del filón Los vigilantes de la playa.
El veterano productor americano Aaron Spelling presenta este año como novedad Rescue 77, las aventuras de una patrulla urbana de rescate.
El Mundial de fútbol disparó el consumo televisivoComo todos los años, era muy esperado el informe de Eurodata sobre consumo y tendencias televisivas en Europa y en el mundo. Del informe, que se vende a un alto precio, se proporciona un breve pero sustancioso resumen.
Según sus datos, Japón y México superaron el pasado año a Estados Unidos en consumo televisivo, con casi cuatro horas por día y persona (ver cuadro). El incremento de consumo televisivo en gran parte de los países estudiados se debe al efecto del Mundial de Fútbol, celebrado entre junio y julio del 98, meses con una tradición de menor consumo televisual.
En cuanto a equipamiento, hay que destacar que en Estados Unidos el 40% de los hogares cuenta ya con tres o más televisores, lo que significa que el multiequipo va en progresión.
En el terreno de los programas de ficción, destaca el hecho de que las series representen un tercio de los programas más vistos en 1998. También subraya la aparición de nuevos formatos que integran elementos diversos de la tipología televisual. El informe hace especial hincapié en las comedias españolas de prime time, mezcla de las tradicionales comedias de situación (sitcom) con componentes dramáticos más propios de las series. Y reconoce cómo los productos seriados de ficción favorecen la fidelidad de la audiencia.
Muy revelador se muestra el informe a la hora de evaluar el papel de las películas cinematográficas en sus pases por televisión. Las películas pierden peso en casi todos los países frente a productos televisivos de ficción local. Los países en los que las películas han obtenido mejores resultados de audiencia son Argentina, España, Suiza francófona y Ucrania. En España, cinco películas americanas han conseguido colocarse entre los diez programas más vistos.
Las películas con mejores audiencias en todos los países estudiados son: Babe, Beethoven 2 (es interesante constatar que estas dos películas son eminentemente familiares), La jungla de cristal III y Forrest Gump. p
José Ángel Cortés Lahera