La oleada de ataques contra cristianos en la India ha provocado crecientes protestas contra el gobierno del partido nacionalista hindú, BJP, acusado de laxismo frente a los extremistas hindúes. La situación ha adoptado un cariz más político tras el asesinato el 23 de enero de un misionero australiano, Graham Staines, quemado vivo en su coche con sus dos hijos de 8 y 10 años. Los grupos cristianos han pedido la intervención del Tribunal Supremo, las autoridades indias han asegurado que los culpables serán castigados y algunos gobiernos extranjeros han manifestado discretamente su inquietud.
El número de ataques contra cristianos denunciados a la policía, según datos del Ministerio del Interior, creció de 7 casos en 1996 a 24 en 1997 y 86 en 1998 (ver servicio 161/98). La mayoría de los ataques ocurrieron en la Estados de Gujarat, Uttar Pradesh y Maharashtra.
Los grupos cristianos, que antes habían apelado al presidente y al primer ministro, han dirigido una carta al presidente del Tribunal Supremo, pidiéndole que ordene al gobierno que garantice la seguridad de la comunidad cristiana (23 millones de personas, que representan el 2,6% de la población). En otra carta dirigida a los partidos aliados del BJP en el poder, les piden que retiren su apoyo al partido nacionalista hindú.
El presidente de la India, K.R. Narayanan, en un discurso radiotelevisado dirigido a la nación en el día de la República, abogó por la tolerancia religiosa y citó a Gandhi para recordar que la India no es un país de una única religión.
El primer ministro, Atal Bihari Vajpayee, considerado un moderado dentro del partido nacionalista hindú, ha prometido el castigo de los autores de los ataques contra los cristianos. Pero también ha abogado por un debate nacional sobre las conversiones religiosas. Los militantes hindúes más extremistas reclaman la prohibición de toda conversión.
El Partido del Congreso, en la oposición, afirma que los nacionalistas hindúes están traicionando el hinduismo, que es tolerante.
La policía ha detenido a 47 personas, como sospechosas de haber participado en el asesinato del misionero australiano Graham Staines, secretario de la Sociedad Misionera Evangélica, que trabajaba con leprosos en la India desde hacía 34 años. Y está buscando a Dara Singh, líder del Bajrang Dal, grupo extremista hindú implicado en los ataques contra cristianos y anteriormente contra musulmanes.