Contrapunto
Hace pocas semanas, la aparición de casos de peste bubónica y pulmonar en Surat (India) provocó el pánico en la ciudad y acaparó la atención de la prensa de todo el mundo. Con más imaginación que datos, se dijo entonces que quienes huían de Surat estaban propagando la epidemia en otras populosas ciudades y de ahí a todo el país. Algunas voces proponían poner en cuarentena a todo el que viniera de la India. A juzgar por algunos titulares periodísticos, la peste negra estaba otra vez dispuesta a invadir el mundo.
Hay que reconocer que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no perdió la cabeza; aconsejó algunas medidas de precaución y dijo que se trataba de un fenómeno local y controlable. Poco a poco, la situación fue dominada y la peste negra desapareció de la información de la noche a la mañana. Como suele ocurrir en estos casos, no es fácilque el gran público sepa cómo acabó la historia.
Por eso tiene interés un comunicado de la OMS, que da las últimas evaluaciones sobre los casos de peste hasta el 9 de octubre. En esa fecha, el brote de peste «toca a su fin», y su propagación fuera de las zonas afectadas al principio «es muy limitada». «Nada indica que haya una transmisión de la enfermedad a través del ciclo rata-pulga-hombre en Bombay, Delhi, Calcuta o Madrás». El fenómeno «sigue siendo estrictamente limitado y no tiene carácter epidémico». En cuanto al número de afectados en la India, se han señalado 6.344 casos sospechosos, que han causado 55 muertes (52 de ellas en Surat). Menos de las que ocurren en las carreteras españolas en cualquier «operación retorno».
Es natural que el insólito fenómeno de la peste despertara un gran interés informativo. Lo paradójico es que esa atención no lograra reflejar lo que estaba pasando. Parece que la acumulación de «información» sobre un asunto a veces contribuye más a desorbitarlo que a mostrar su verdadera magnitud.
Juan Domínguez