Un decreto de aplicación de la ley francesa de inmigración, aprobada el año pasado, pone límitesal reagrupamiento familiar de los extranjeros. El decreto prohíbe el reagrupamiento en caso de poligamia, establece condiciones para la entrada de los hijos en el país y obliga a pedir la opinión del alcalde antes de cada nueva inmigración.
Los extranjeros -excluidos los europeos, togoleses y argelinos- deberán hacer venir a todos los hijos de una sola vez. Si sólo quieren traer a algunos, deberán especificar las dificultades de salud, educación o de alojamiento que impiden reagrupar a todos de una vez. No se permitirá que un inmigrante traiga a Francia varias esposas, aunque provenga de un Estado cuya ley autorizala poligamia.
El decreto dispone también que se consulte sobreel reagrupamiento al alcalde, que para dar su opinión tendrá en cuenta, principalmente, los recursos y condiciones de vivienda del demandante. En caso de rechazo de la solicitud, el demandante podrá recurrir al Ministerio del Interior o al de Asuntos Sociales.
La ley de inmigración amplió de uno a dos años el tiempo mínimo de estancia en Francia para solicitar la inmigración del cónyuge o los hijos. El reagrupamiento familiar, fuente principal de la inmigración en Francia, disminuye desde hace varios años: en 1993 se beneficiaron 32.000 extranjeros y en 1994 se calcula que serán entre 20.000 y 25.000.