Se supone que cuanto más rico y desarrollado es un país, la población trabaja menos y tiene más ocio. Pero en Estados Unidos, donde la economía crece de modo sostenido y la productividad el año pasado recuperó el primer puesto que le había arrebatado Japón en 1985, la semana laboral en la industria está aumentando desde 1970. Ahora dura 42 horas, la media más larga registrada en los últimos cincuenta años. Y parece que en otros sectores ocurre lo mismo.
En los demás países desarrollados, la tendencia es la contraria. La industria alemana va a reducir la semana laboral de 36 a 35 horas, lo que satisfará una vieja demanda de los sindicatos. Allí, los trabajadores disfrutan de seis semanas anuales de vacaciones pagadas; en Japón empiez…
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