Facilitar la vida a las familias con hijos pequeños y, de paso, estimular la natalidad son los objetivos del proyecto de ley de la familia que ha aprobado el gobierno francés. Las nuevas ayudas a la familia se suman a las ya existentes, que están entre las más ventajosas de Europa.
La medida más destacada prevé que cuando uno de los padres deja de trabajar para atender a su segundo hijo (antes era a partir del tercero), recibirá un subsidio de 2.929 francos mensuales (unas 70.000 pesetas) libres de impuestos. Los que sigan trabajando, pero a tiempo parcial, recibirán un subsidio menor. Para tener derecho a esta ayuda, que se prolonga hasta que el niño cumple tres años, hay que haber trabajado al menos dos años durante los cinco años anteriores. Se estima que esta medida puede beneficiar a unas 280.000 familias.
Se instaura también un permiso laboral retribuido de tres días al año por enfermedad de un hijo (cinco días si el niño es menor de un año). Si se trata de una enfermedad grave, el trabajador podrá pasar a la jornada parcial durante seis meses.
El superávit financiero de la Caja nacional de ayudas familiares, que hasta ahora servía para cubrir parte del déficit del régimen del seguro de enfermedad y pensiones, se utilizará para prolongar las ayudas familiares hasta que los hijos cumplan 20 años.
Otro capítulo de la futura ley refuerza las estructuras de acogida de los niños. El objetivo es crear 100.000 plazas en guarderías durante los próximos cinco años. También se aumentan las ayudas a las familias que pagan a una persona para la custodia del niño a domicilio.
La tasa de fecundidad en Francia se ha mantenido durante quince años en torno a 1,8 hijos por mujer, por encima de la media de la Unión Europea (1,42). Pero en 1993 bajó a 1,65. La tasa de actividad profesional de las madres ha seguido creciendo durante los años ochenta. Si se considera, en concreto, a las mujeres casadas de 30 a 34 años, en 1990 trabajaban el 86% de las madres con un hijo, el 76% de las madres con dos hijos y el 40% de las madres con tres hijos. En 1991, el 23,5% de las mujeres empleadas trabajaban a tiempo parcial.