Viena.- La joven República de Eslovenia, donde el 72% de los habitantes son católicos, quiere regularizar en breve sus relaciones con la Iglesia católica. Entre los asuntos más urgentes que debe resolver destaca la devolución de los bienes eclesiásticos expropiados por las autoridades comunistas y el problema de la enseñanza religiosa en las escuelas.
A diferencia de otros países de la Europa del Este, en Eslovenia no es tan claro cuándo los comunistas ocuparon el poder. De 1941 a 1945 hubo una verdadera guerra civil entre los eslovenos pro germánicos y los partidarios de los comunistas. Los territorios ocupados por los partisanos eran purgados de toda vida religiosa inmediatamente, con una gran brutalidad. Esto hace que, a efectos de la devolución de bienes, muchos exijan que la fecha se retrase hasta 1941, mientras que los políticos de izquierda se decantan por la fecha de 1945.
Ya en 1991, cuando se publicó una ley de reprivatización, las autoridades eclesiásticas solicitaron la devolución de edificios, terrenos cultivables y bosque en una cantidad bastante pequeña, unos 360 kilómetros cuadrados en todo el país. Los ex comunistas se opusieron radicalmente. Desde entonces se sigue discutiendo sobre las devoluciones. La devolución se ha unido a la intención de establecer un modelo de financiación de la Iglesia según la pauta italiana y española, que da a los contribuyentes la posibilidad de destinar un porcentaje de sus impuestos a la Iglesia.
Para solucionar este y otros problemas, como el de la enseñanza de la religión en las escuelas, el Estado ha establecido una oficina de relaciones entre el Estado y las Iglesias.
Sobre la educación religiosa, la jerarquía eclesiástica ha pedido la inclusión de la asignatura «Religión y Ética» en los últimos años de la enseñanza obligatoria. La formación más básica seguiría impartiéndose en las parroquias gracias a un sistema muy eficaz establecido en 1952 ante la presión de la dictadura de Tito. Los partidos de coalición gobernantes, socialdemócratas y democristianos, son partidarios de esta solución, mientras que la oposición quiere integrar los temas de esta posible asignatura en otras más generales.
Devoluciones denegadas en la República Checa
En la República Checa, la devolución de los bienes eclesiásticos expropiados por las autoridades comunistas en 1948 va convirtiéndose en un problema importante para el primer ministro, Vaclav Klaus. Con su política liberal-capitalista a ultranza, Klaus ha impulsado el desarrollo económico del país. Sin embargo, parece que no desea devolver los bienes a la Iglesia, como se está haciendo en otros países.
Por ahora la devolución está regulada sólo para personas físicas, no para las jurídicas, y así la Iglesia queda excluida. Sin embargo, la devolución a particulares se está desarrollando con una velocidad muy superior a la de otros países y la gran beneficiada es la nobleza del imperio austro-húngaro.
Un caso particular, el de la devolución de bienes a la comunidad hebrea, ejemplifica la precaución con que el primer ministro evita futuras leyes de devolución de bienes a la Iglesia.
El partido de Klaus, el CDS, había preparado con los otros tres que gobiernan en coalición una ley que permitiría la devolución de los bienes incautados a la comunidad hebrea. Era la primera ley que regularía la devolución a una confesión religiosa.
Iba a salir adelante sin dificultades, pues no había muchas disensiones y el volumen de devoluciones era más bien pequeño. Pero el mismo día que la ley fue votada en el Parlamento, el partido de Klaus decidió añadir una condición para efectuar las devoluciones: los bienes que estén en manos de un municipio requerirán el acuerdo de éste para ser devueltos. De los 200 bienes que se veían afectados por la ley, 160 pertenecen a los municipios. La ley no pudo ser aprobada con este «añadido» por la oposición de los tres partidos coaligados con el de Klaus.
Esta medida de última hora revela el miedo del primer ministro a crear precedentes de una posible devolución de los bienes de la Iglesia. Además, así Klaus previene otras reclamaciones: las de cientos de miles de alemanes procedentes de la zona de los Sudetes que fueron expulsados de Checoslovaquia en 1945 y que podrían exigir sus bienes con más fuerza.
José María López-Barajas