El primer ministro británico, John Major, ha pedido públicamente a la población que dedique más tiempo a tareas de voluntariado, con el fin de conseguir una sociedad más solidaria. El mensaje se encuadra dentro de un plan diseñado conjuntamente por el Ministerio del Interior, empresarios, organizaciones de voluntariado y funcionarios, que se dirige a la gente joven y a personas sin trabajo o retiradas recientemente.
El proyecto -bautizado «Make a Difference»- incluye una red nacional de las organizaciones de voluntariado, para que las personas interesadas puedan establecer un primer contacto y elegir las iniciativas concretas en las que colaborar.
Para fomentar el voluntariado entre personas mayores y parados, el gobierno ha acordado que la participación en labores sociales no supondrá cambio alguno en las pensiones o en los subsidios de desempleo. En los desempleados, ser voluntario podría constituir un mérito para encontrar trabajo, ya que el proyecto alienta a los empresarios a tener en cuenta este hecho.
En la presentación del plan, la Secretaria de Estado de Interior, Lady Blatch, dijo: «Creemos que servirá para comprometer a la gente joven y repercutirá en el bienestar de la comunidad. También puede hacer que disminuya la indiferencia de los jóvenes y ayudarles a sentirse útiles». Con estas palabras Lady Blatch aludía a los resultados de un reciente informe sobre los jóvenes nacidos después de 1950, que los define como especialmente faltos de valores.