En Japón, las semanas de seis días de trabajo, con largas horas extraordinarias, se van extinguiendo poco a poco. La recesión prolongada ha ayudado a que los empresarios opten por los recortes de horario. Y el gobierno también ha ayudado en este sentido. En consecuencia, el número de horas anuales de trabajo del japonés medio ha descendido hasta rondar las 2.000, poco más que las de un norteamericano.
Ante la recesión económica, los empresarios prefieren ahorrarse los sobresueldos de las horas extraordinarias. Muchas empresas han establecido días en que no se puede trabajar más de lo previsto y los han llamado "días de refresco". En marzo de 1997, las compañías con 30 o más empleados tendrán que implantar obligatoriamente la semana …
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