La Iglesia ortodoxa rusa está creciendo, como atestiguan los datos revelados en el último Sínodo, que concluyó el pasado mes de diciembre. Ahora cuenta con 15.810 parroquias en las que trabajan 12.707 sacerdotes y 1.380 diáconos, según el patriarca de Moscú, Alexis II. Eso supone un crecimiento notable respecto a 1988: entonces tenía sólo 6.800 parroquias.
Desde 1988 el número de diócesis ha aumentado en 47, hasta las 114 actuales. A la cabeza de esas diócesis hay 136 obispos, de los que 113 son obispos gobernadores (equivalentes a los obispos residenciales católicos) y 23 vicarios (equivalentes a obispos auxiliares).
En el territorio de la Iglesia ortodoxa rusa hay 269 monasterios, de los que 106 se han abierto en los últimos treinta meses. Además hay 31 casas vinculadas a los monasterios, tres academias teológicas, 13 seminarios y 29 colegios para la formación espiritual del clero. En todas estas instituciones se preparan 2.548 candidatos al sacerdocio.
Sobre la financiación, el patriarca Alexis II señaló que los ingresos del «presupuesto general» de la Iglesia provienen de las cuotas de las diócesis (2,5%) y de la Iglesia de Moscú (7,3%), de la empresa Sofrino (17,1%), dirigida por la Iglesia, que produce artículos de carácter religioso, y los del hotel Danilovskaya (22,5%), propiedad del Patriarcado moscovita. El restante 50,5% proviene de otras fuentes, especialmente donaciones de empresas y de particulares.