Estados Unidos
La administración Clinton quiere frenar la tendencia de las empresas a contratar temporalmente a profesionales extranjeros, para reducir costos laborales, en detrimento de la mano de obra del país. Entre otras medidas, el Ministerio de Trabajo ha visto oportuno reducir de seis a tres años la duración máxima de estos contratos. Los sindicatos se quejan de que las reglas actuales disuaden a las empresas de formar en campos especializados a trabajadores norteamericanos o inmigrantes. La legislación estadounidense permite contratar empleados extranjeros para desarrollar trabajos cualificados si la oferta de mano de obra nativa es escasa.