Kenneth Clarke, ministro de Hacienda británico, ha presentado al Parlamento los presupuestos generales del Estado para el próximo año. En la partida de gastos sociales se incluye no conceder dos subsidios especiales a las familias monoparentales que lo soliciten a partir de abril de 1998. Aunque las familias que los reciben actualmente no se verán afectadas por la medida.
Actualmente casi un millón de familias reciben uno de estos subsidios (One Parent Benefit) de 6,3 libras semanales. La mayoría de los beneficiados por este subsidio especial son madres con trabajo que reciben también una prestación por hijos menores (Child Benefit, de 10,8 libras semanales) que no va a desaparecer. Para el ministro de Seguridad Social, Peter Lilley, este recorte potenciaría los valores familiares tradicionales. Muchos han criticado que el subsidio beneficie a las parejas sin empleo y con hijos que se separan, y no a las que continúan casadas.
La segunda subvención que desaparecerá -para los que la soliciten desde abril de 1998- es la otorgada a padres con salarios bajos que necesitan un complemento a sus ingresos (Income Support, de 5,2 libras semanales). Por lo que respecta a los actuales beneficiarios de ambos subsidios, la reforma congela su asignación, que no será incrementada cada año en función de la inflación. El gobierno espera que estas reformas ahorren cerca de 270 millones de libras anuales (56.700 millones de pesetas) al erario público.
Tras estos cambios, las familias monoparentales recibirán la misma ayuda estatal que las parejas casadas, salvo en los gastos de guardería o de canguro de los hijos. Ya que para esta partida las madres solteras cuentan con un crédito especial que introdujo el Ministerio de Seguridad Social hace años y que aún perdura.
Por su parte, la portavoz de Seguridad Social del partido laborista considera que «esta medida incrementará la pobreza que sufren los niños de este país y no ayudará en nada a las madres solteras que quieren trabajar para salir de las subvenciones y encontrar un empleo».