En una iniciativa sin precedentes, los ocho cardenales norteamericanos y el presidente de la Conferencia Episcopal Católica han escrito el 16 de abril una carta al presidente Clinton en la que critican su veto a la ley aprobada en el Congreso que prohibía los abortos tardíos, hechos por nacimiento parcial (cfr. servicio 53/96).
Los obispos norteamericanos califican de «incomprensible» este veto que «permitirá que continúe la práctica del abominable acto de matar a un niño pocos segundos antes de que nazca», un acto «más similar a un infanticidio que a un aborto».
Durante el acto en el que vetó la ley, Clinton pidió al Congreso que cambiara la ley para permitir que tales abortos se efectuaran en casos de «gravísimas consecuencias para la salud de la madre». Los obispos replican que «la salud, tal como la definen los tribunales en el contexto del aborto, significa en realidad cualquier cosa relacionada con el bienestar general de la mujer. Por ejemplo, la mayor parte de la gente no sabe que si una mujer aborta porque no está casada, la ley considera que esto es un aborto por motivos de salud. Del mismo modo, si una mujer es demasiado joven o demasiado mayor, si está emocionalmente turbada por el embarazo o si éste interfiere con sus estudios o su trabajo, la ley considera estas situaciones como motivos de salud válidos para abortar. Es decir, como usted y nosotros sabemos, una excepción por motivos de salud significa aborto a petición».
«Usted ha dicho que es distinta una excepción por motivos de salud y una excepción por gravísimas consecuencias para la salud. Señor presidente, ¿cuál es la diferencia, desde el punto de vista legal, entre el hecho de que una mujer sea demasiado joven y el hecho de que sea gravemente demasiado joven? ¿Cuál es la diferencia, siempre desde el punto de vista legal, entre estar emocionalmente turbada y estar gravemente turbada emocionalmente?»
Los obispos advierten que «de hecho, un aborto tras nacimiento parcial representa un riesgo para la salud de la mujer. El Dr. Warren Hern, autor del texto más difundido sobre la práctica del aborto, ha dicho de los abortos de este tipo: ‘Quisiera desmentir las afirmaciones según las cuales ésta es la acción más segura'».
Los obispos anuncian que en los próximos meses harán todo lo posible para informar a las personas que «estos abortos continuarán porque usted ha decidido poner su veto a la ley. Además, exhortaremos a los católicos y a otras personas de buena voluntad, entre las que se encuentra el 65% de los que se definen ‘a favor del aborto’, pero que están en contra de los abortos tras nacimiento parcial, a que hagan todo lo posible para mover al Congreso a anular este veto vergonzoso».