Gérard Leclerc
Responde en Le Monde (2-II-96) a quienes han dicho que el funeral por Mitterrand en Notre-Dame no respetaba la separación entre la Iglesia y el Estado:
«En otros países democráticos, que respetan la libertad de los ciudadanos y que afirman escrupulosamente la neutralidad del Estado, una protesta contra una ceremonia religiosa resultaría increíble. Pero ahí está la diferencia entre la tolerancia y la intolerancia. ¿Se entenderá un día en este país que la laicidad pasa también por la separación entre el laicismo y el Estado?».
Umberto EcoEntrevistado por Le Figaro (15-II-96), habla de su supuesta vuelta a la fe, sobre la que ha habido algunos comentarios periodísticos:
«De hecho, todo viene de que un crítico, jesuita, ha escrito sobre mi libro [La isla del día después] un artículo en el que cumple el oficio que todo jesuita debe cumplir: al estudiar a cualquier autor, intenta encontrar en él la aspiración a la trascendencia, a Dios. Es normal. Al igual que en otro tiempo el marxista observaba todo desde el punto de vista del marxismo. Por lo tanto, no había ninguna ‘noticia bomba’. Era solamente un crítico que analizaba un libro desde su perspectiva particular. Pero la prensa, que está obligada a inventar novedades, se ha apoderado de eso…».
Jean BraudillardSociólogo y escritor francés, opina en el diario El Mundo (19-I-96), a propósito de la información disponible en Internet:
«Podría anunciarse a diario en tiempo real -en millones de individuos y en miles de millones de operaciones- el crecimiento irresistible, la excrecencia de una información, cuya extensión es tal, que ya no tiene nada que ver con cualquier integración de los conocimientos. De ahora en adelante, se puede afirmar que este inmenso potencial nunca encontrará su uso y su finalidad».