Las diferencias en los resultados escolares según el sexo son cada vez más pequeñas en Estados Unidos. Un informe del Educational Testing Service muestra que prácticamente no hay ninguna área en el que los hombres destaquen significativamente sobre las mujeres, ni siquiera -contra lo que cabía esperar- en las asignaturas de ciencias (International Herald Tribune, 8-V-97). En cambio, otro informe de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) señala que las diferencias en ciencias sí son notables en muchos países.
El estudio estadounidense recoge las puntuaciones que obtuvieron 15 millones de alumnos de 9 a 17 años en cientos de exámenes-modelo. Alumnos y alumnas están a niveles muy parecidos en lectura, razonamiento abstracto, cálculo matemático o ciencias sociales. Contra lo esperado, la superioridad de los hombres en matemáticas y ciencias es poco significativa y mucho menor que hace 30 años. Además, en cálculo matemático las alumnas de 17 años eran superiores a sus compañeros. Los chicos mostraron ventajas considerables sólo en las habilidades electrónicas o mecánicas y en los conocimientos de economía e historia, mientras que ellas destacaban en el uso del lenguaje, tanto hablado como escrito.
A diferencia de Estados Unidos, las desigualdades entre sexos respecto a las asignaturas de ciencias sí son relevantes en otro países desarrollados, según se desprende del último informe Regards sur l’éducation, que compara la situación de la enseñanza en los países de la OCDE. Según el Tercer Estudio Internacional sobre Matemáticas y Ciencias, en las pruebas de matemáticas, la diferencia entre chicos y chicas de 14 años es moderada: los chicos logran sólo una media de 7 puntos más (sobre una escala donde la variación máxima es de 100). En cambio, en ciencias, la diferencia media es de 18 puntos, y la superioridad de los chicos es estadísticamente significativa en casi todos los 26 países de la OCDE, salvo Australia, Bélgica flamenca, Estados Unidos, Rusia e Irlanda.
En los países de la OCDE, como media, entre las mujeres que obtienen un título universitario de enseñanza superior, el 16,2% lo logran en disciplinas de Ciencias (ciencias naturales, matemáticas e informática, ingeniería y arquitectura). En el caso de los hombres, es el 40,3%.
Sobre el tema «Mujeres y Ciencia», el pasado mayo se celebró un congreso en Polonia con los decanos de las Facultades europeas de Ciencias. Debatieron por qué tan pocas mujeres trabajan en el ámbito de las ciencias y en puestos directivos de facultades o centros de investigación. Según la única ponente española, María Iraburu, de la Universidad de Navarra, hay varias razones: faltan modelos de mujeres científicas; todavía pesa más sobre la mujer que sobre el hombre la dificultad de compatibilizar trabajo y familia, y en el ámbito académico se tiende a dejar la docencia en manos de las mujeres, y la investigación, que goza de más prestigio y determina los puestos directivos, en las de los hombres.
Como soluciones concretas, Iraburu propuso organizar en los colegios actividades en las que mujeres científicas asesoren personalmente a las niñas interesadas en esos saberes, y que en la Universidad se redistribuyan con más equilibrio las tareas de docencia, investigación y servicio. También indicó la necesidad de una valoración positiva de la maternidad, que se manifieste en una organización laboral que permita hacer compatibles trabajo y familia.