La lucha contra el SIDA ha logrado en la última década reducir las tasas de infectados por el virus VIH entre toxicómanos franceses que consumen droga por vía intravenosa. En cambio, el virus de la hepatitis C (VHC) se extiende entre ellos como una epidemia. Según el Instituto de investigación de epidemiología de la drogodependencia (IREP), el VHC se expande más aprisa porque muchos drogadictos, aunque no comparten las jeringuillas, sí las reutilizan y comparten el material necesario para preparar la inyección.
La investigación del IREP -de la que informa Le Monde (27-XII-96)- se ha realizado entre 1.703 toxicómanos de toda Francia. Y de ella resulta que el 48% presentan seroprevalencia al virus de la hepatitis C y el 23% al de la hepatitis B. En cambio, los drogadictos por vía parenteral que dan positivo al virus del SIDA (VIH) han descendido hasta un 20%, desde el 40% en 1987 y el 34% en 1990. Según el IREP, «la prioridad casi exclusiva dada al SIDA ha dejado el campo libre a otros virus».
En toda Francia, el virus de la hepatitits tipo C (VHC), afecta a más de medio millón de personas. De cada 100 infectados por este virus, la mitad evoluciona hacia la hepatitis crónica, 20 hacia una cirrosis hepática y 5 contraen cáncer de hígado. Pasados veinte o treinta años mueren entre el 5% y el 20% de los infectados por el virus. El único tratamiento disponible, el interferón de tipo alfa, es caro, con bastantes efectos secundarios y de eficacia relativa.
El estudio señala como causa principal de esta epidemia la ignorancia de los toxicómanos. Al menos la mitad de los drogodependientes desconocen la existencia de varios tipos de hepatitis, la gravedad, terapias y las vías de contaminación. Según el IREP, la distribución gratuita de jeringuillas a partir de 1987 ha obstaculizado la progresión del VIH. Pero los drogadictos todavía reutilizan las jeringuillas o comparten el material con que preparan la inyección en muchos casos (del 54% al 70%), lo que da pie a la transmisión del virus de la hepatitis C.