Contrapunto
Si la eutanasia fuera una garantía de liberación, lo lógico sería que tuviera más partidarios entre las personas que por su avanzada edad pueden necesitarla pronto. Pero no parece que sea así, ni tan siquiera en Holanda. La Federación Protestante de Ancianos ha hecho una encuesta telefónica sobre la atención médica interrogando a más de 2.000 personas con una media de edad de 70 años y que todavía viven en régimen independiente. Entre otras cosas, los resultados revelan un temor generalizado de los ancianos a ser hospitalizados por el riesgo de ser víctimas de la eutanasia involuntaria. Por este motivo retrasan la hospitalización lo más posible. Se comprueba, pues, que con los años también cambia el modo de ver la cuestión. Para los jóvenes con buena salud, la eutanasia es un tema de discusión, con el que se pretende arreglar un problema de otros; en cambio, para los ancianos es un asunto de vida o muerte personal. Lo más triste es que el hospital aparezca como un lugar donde la vida corre peligro.
Ignacio Aréchaga