Los votantes californianos han rechazado por amplia mayoría la propuesta de implantar un sistema de cheque escolar en su Estado (ver servicio 137/93). Según el proyecto, se daría 2.600 dólares por hijo y año a los padres que escogieran una escuela privada. Las encuestas realizadas antes del referéndum mostraban que el 95% de los que pensaban votar en contra iban a hacerlo no por estar conformes con el funcionamiento de la enseñanza pública, sino porque les parecía que la fórmula de cheque propuesta era imperfecta. De los sondeos se deduce también que el proyecto habría obtenido más apoyo si hubiera incluido la exigencia de que los centros privados que recibieran cheques cumplieran ciertos requisitos mínimos establecidos por las autoridades.