Viena.- A pesar de que normalmente se piensa lo contrario, la apertura democrática de la antigua URSS no ha significado la concesión de una total libertad religiosa. Cada uno de los Estados que componen la actual Comunidad de Estados Independientes (CEI) está desarrollando una legislación peculiar que suele favorecer a las confesiones religiosas nacionales. Una visión nacionalista de la política lleva con frecuencia a considerar la presencia de sacerdotes católicos como una intromisión "proselitista" del Vaticano.
Según la Conferencia Episcopal polaca, que ha creado una Comisión de ayuda a la Iglesia católica en los territorios de la antigua Unión Soviética, las autoridades de Bielorrusia tan sólo han permitido la entrada de 50 sace…
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