Casi 32 millones de residentes en Estados Unidos hablan habitualmente en su casa un idioma distinto del inglés, según un informe publicado por la Oficina del Censo con datos de 1990. Esto equivale al 14% de los 230 millones de habitantes mayores de 5 años. En 1980 eran 23 millones los que se encontraban en esa situación. Tal aumento refleja los efectos de la oleada migratorio de los años ochenta, la más importante desde la de principios de siglo.
De esos 31,8 millones de personas que hablan otra lengua distinta del inglés, 17,3 millones hablan español, 1,7 francés (la única lengua europea, aparte del castellano, que ha crecido en número de hablantes), 1,5 alemán, 1,3 italiano y 1,2 chino.
El aumento más espectacular, aunque las cifras sean todavía comparativamente pequeñas, se observa en relación con las lenguas asiáticas. Hay unos tres millones de estadounidenses -el doble que en 1980- que hablan alguna lengua del Este de Asia, sobre todo coreano, chino y tagalo. Casi una tercera parte de todos ellos aseguró que sabía poco inglés o nada en absoluto.
Pero, en general, el panorama es distinto: más de las tres cuartas partes de todos los censados como hablantes de una lengua extranjera manifestaron que dominaban el inglés bien o muy bien, aunque preferían emplear su lengua materna cuando podían hacerlo. La tendencia a desconocer el idioma de su nuevo país se aprecia sobre todo entre las personas de edad madura, que con frecuencia aprenden inglés sólo si es absolutamente imprescindible. A este respecto, una encuesta realizada el año pasado por el Sondeo Político Nacional Latino mostró que más del 90% de los hispanos en Estados Unidos necesitaban saber inglés para poder encontrar trabajo.