Grecia
Ante la oposición del Parlamento, el 7 de abril el gobierno griego renunció al intento de que la religión no figurase obligatoriamente en el documento de identidad, contra lo aprobado el pasado año (ver servicio 177/92). El gobierno presentó la enmienda después de que el Parlamento europeo le instara -en enero pasado- a reconsiderar la decisión y por las quejas de las minorías católica y judía. Pero la Iglesia ortodoxa emprendió una enérgica campaña en contra, con la publicación de una encíclica en la que denominaba la iniciativa gubernamental como «amenaza a la ortodoxia y al helenismo». Las presiones ortodoxas hicieron mella en los parlamentarios de todos los partidos, incluido el del gobierno, con excepción del grupo comunista, que se pronunciaron contra la enmienda. Después, el portavoz del gobierno advirtió que el documento de identidad en vigor es «dudosamente constitucional» y «contrario a los compromisos internacionales de Grecia».