Estados Unidos
El 11 de julio, la Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó, por 416 votos a favor y 1 en contra, una resolución de apoyo a la presencia de la Santa Sede en la ONU. La Cámara «se opone a cualquier intento de expulsar a la Santa Sede de las ONU» (como la campaña de Catholics for a Free Choice: ver servicio 74/00) y alaba al Vaticano por «su intenso compromiso a favor de los derechos humanos, incluida la protección de la vida humana antes y después de su nacimiento». El texto señala también que «toda degradación del estatuto de la Santa Sede dañaría la credibilidad de la ONU, pues demostraría que sus reglas de participación son manipulables por razones ideológicas». El Senado puede aprobar una resolución similar en breve.
Unas semanas antes, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, afirmó que el estatuto de observador permanente como Estado no miembro, del que goza la Santa Sede desde hace más de treinta años, no le concede ventaja sobre otros grupos religiosos. Antes de recibir el Premio Camino a la Paz de manos de Mons. Renato Martino, representante vaticano ante la ONU, Annan dijo que otras agrupaciones religiosas no tienen ese estatuto, pero son «libres de ir y venir» a la ONU.
