El gobierno alemán quiere favorecer que los trabajadores sean accionistas de sus empresas, para que estén más motivados y ligados a ellas. En un discurso pronunciado recientemente ante empresarios y sindicalistas en Wolfsburgo, el canciller Gerhard Schröder abogó por que las empresas ofrezcan más a menudo a sus empleados la posibilidad de que parte de los aumentos salariales sean en forma de acciones.
Según informa Die Welt (29-III-2000), Schröder, convencido de que los empleados que participan en su empresa a través de acciones o de otro tipo de títulos trabajan más motivados y con mayor sentido de responsabilidad, defenderá esta directriz a la hora de dialogar con empleadores y sindicatos para elaborar su anunciado pacto laboral contra el desempleo. Transformar a los asalariados en accionistas no pesa sobre la competitividad de las empresas y permite redistribuir una parte de la riqueza nacional.
La propuesta de Schröder supone un cambio en el contrato social alemán, que hasta ahora se ha basado en que los trabajadores participen en el crecimiento económico a través de salarios elevados y de la presencia sindical en el consejo de vigilancia de las empresas.
En Alemania, los grandes consorcios comenzaron hace algunos años a ofrecer a sus empleados acciones a un precio preferencial. Este es el caso, por ejemplo, del gigante de las telecomunicaciones Deutsche Telekom, donde dos terceras partes de la plantilla adquirió acciones tras su privatización en 1997.
Entre el resto de empresas que disponen de sistemas de este tipo se encuentran algunas tan conocidas como Bertelsmann, Volkswagen, Mannesmann, Siemens, Lufthansa y los grandes bancos alemanes Deutsche Bank y Dresdner Bank.
Pese a todas estas iniciativas, tan solo el 6% del total de trabajadores disponen de acciones de sus empresas. El patrimonio particular, que supone una media por hogar de 300.000 marcos, suele estar invertido en propiedades inmobiliarias, seguros de vida, fondos de inversión y valores.
Las propuestas de Schröder han sido bien acogidas por los partidos. Algunas críticas aisladas han surgido de sindicatos que no creen razonable generalizar el reparto de acciones como parte de convenios salariales.
Por otra parte, ahora que las fusiones de empresas están a la orden del día, los sindicatos no quieren quedarse atrás: cinco sindicatos del sector servicios han anunciado sus planes de fusionarse a principios del próximo año para formar uno solo, Verdi (abreviatura de Sindicatos de Servicios Unidos).
Verdi será la mayor agrupación sindical del mundo y estará formada por el Sindicato Alemán de Empleados (DAG), el del Servicio Público, Transporte y Tráfico (ÖTV), el de las Telecomunicaciones (DPG), el de los Comercios, Bancos y Seguros (HBV) y el de los medios de comunicación (IG Medien). El «supersindicato» contará con más de 3 millones de afiliados y un millar de especialidades profesionales. La fusión deberá ser aprobada por el 80% de los delegados de cada uno de los sindicatos.
Vicente Poveda