Desde los años 70 la emigración filipina ha sido constante. Hoy cerca del 10% de la población, unos 7,5 millones de filipinos, viven fuera de su país. Thomas Fuller, en International Herald Tribune (16-08-01), se hace eco del coste social que la emigración supone para el país. Y es que, aunque los beneficios económicos sean evidentes, el balance tras 25 años de emigración muestra algunas zonas oscuras.
Es cierto que los fondos que los emigrantes envían a sus hogares -6.000 millones de dólares el pasado año- han servido para que el país pudiera superar etapas de recesión y para que muchas familias hayan podido salir adelante y mejorar su situación. "Pero después de un cuarto de siglo de emigración, los filipinos están notando también…
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