Aveces se justifica la eutanasia como única salida para los enfermos con sufrimientos insoportables. Pero actualmente no tienen por qué darse tales casos, como se ha comprobado en Estados Unidos al aplicar unas nuevas normas sobre el tratamiento del dolor, según informa The New York Times (26 diciembre 2000).
En enero pasado, la Joint Commission on Accreditation of Healthcare Organizations, que certifica la mayoría de los servicios médicos del país, aprobó las nuevas normas para la evaluación y tratamiento del dolor. Era la primera vez que un organismo de este tipo emitía normas específicas sobre el dolor.
Los peritos de la Comisión comenzarán, a partir del mes próximo [enero de 2001], a puntuar los programas de tratamiento del dolor y emitir certificados según los resultados. (…) Las normas exigen a las instituciones médicas informar a los pacientes de que tienen derecho a una evaluación y un tratamiento adecuados del dolor. La evaluación fijará el nivel y características del dolor de cada paciente, para lo que se utilizarán escalas de 0 a 10 o dibujos con rostros expresivos para los niños. (…)
Las normas también exigen a las instituciones desarrollar protocolos para el tratamiento. Por ejemplo, si el nivel de dolor de un paciente sube a más de cuatro, deberá llamarse inmediatamente a un especialista en dolor para que examine al paciente. Los médicos habrán de tratar el dolor hasta que el paciente quede aliviado, siempre que sea posible, y los doctores, enfermeras y demás personal sanitario recibirán cursos sobre tratamiento del dolor.
Desde principios de los 70, abundantes investigaciones han demostrado que el dolor no se trata de manera adecuada en Estados Unidos. El asunto se convirtió en una prioridad para la Joint Commission, que empezó a trabajar en las normas sobre el tratamiento del dolor en 1997.
(…) En febrero, el New England Journal of Medicine publicó un estudio sobre 103 niños que murieron de cáncer. En el último mes de vida, el 89% de los niños padecieron dolor u otros síntomas, y de los que recibieron tratamiento para paliar el dolor, solo al 27% se procuró el alivio adecuado.
Según June Dahl, profesora de Farmacología de la Universidad de Wisconsin, «el dolor mal tratado no solo tiene increíbles efectos adversos en los individuos sino también en las instituciones y en la sociedad en su conjunto». Por ejemplo, los estudios muestran que cuando el dolor del postoperatorio no se trata, los pacientes recuperan más lentamente las funciones respiratorias e intestinales; no consiguen levantarse de la cama rápidamente; y permanecen en el hospital más tiempo del que sería necesario, afirma la Dra. Dahl. Y cuando el dolor agudo no se trata, puede convertirse en crónico. Según la American Pain Society, se calcula que en Estados Unidos el dolor cuesta 100 millones de dólares al año en visitas al médico y días de baja laboral.
Los estudios de la enfermera Jill Loeb, especializada en tratamiento del dolor, muestran que en los pacientes cuyo nivel de dolor estaba en 5 o más (en la escala de 0 a 10), se reduce a 2 ó 3 cuando reciben cuidados paliativos adecuados.