Los críticos del cheque escolar dicen que perjudica a los colegios públicos, porque les quita alumnos. John Norquist, alcalde (demócrata) de Milwaukee, una de las ciudades donde se puede elegir colegio, sostiene lo contrario (The Wall Street Journal, 20 febrero 2002).
Al comienzo de su artículo, Norquist se refiere a la demanda de inconstitucionalidad contra el programa de cheque escolar vigente en Cleveland. En este caso, el Tribunal Supremo examinará si es compatible con la separación entre Iglesia y Estado que las familias reciban fondos públicos para llevar a sus hijos a una escuela confesional. Norquist comenta: «La suerte de programas similares que hay en otras ciudades pende de un hilo. En Milwaukee, muchas familias temen que echen abajo el sistema que ha cosechado tan buenos resultados, ha fomentado la diversidad y ha contribuido a la renovación de la ciudad».
En Milwaukee, dice el alcalde, se benefician del cheque escolar cerca de 11.000 estudiantes de 106 colegios; otros 2.200 van a charter schools (autónomas pero financiadas con dinero público) creadas gracias también al programa que permite la elección de escuela. «Muchas de esas escuelas -conviene señalarlo en medio de la controversia actual- no son religiosas. No obstante, esa es una decisión que se deja a las familias: pueden utilizar los 5.553 dólares que les corresponden en la escuela pública o privada, religiosa o no, que más les satisfaga. De las 37 escuelas creadas en Milwaukee desde la aprobación del programa, casi dos terceras partes no son religiosas; en ellas estudian más de un tercio de los 11.000 alumnos que se han acogido a la libre elección de centro».
Pero lo más significativo, añade el alcalde, es que tanto los programas de cheque escolar como las charter schools han sido beneficiosos para los colegios públicos de Milwaukee. A medida que ha aumentado la posibilidad de elección, los colegios públicos y los sindicatos han introducido mejoras en los criterios de contratación de profesores, uso del presupuesto y diseño de los programas. Se han hecho reformas para estar más en contacto con los padres; algunas guarderías han pasado a funcionar la jornada completa; y las escuelas públicas han dado publicidad a las mejoras para atraer a nuevos alumnos.
«A pesar de esto, los contrarios a los programas de elección dicen que el cheque escolar beneficia a las escuelas privadas a expensas de la enseñanza pública. Pero un estudio de la economista de Harvard Caroline M. Hoxby, sobre la repercusión del cheque en los colegios públicos de Milwaukee, descubrió que no es así. Su conclusión es que en conjunto, la respuesta de los colegios públicos a la competencia introducida por el cheque escolar ha sido fuerte y sólida.
«Así pues, en vez de venirse abajo, como auguraban los críticos, la enseñanza pública ha prosperado con la mayor libertad de elección. A pesar de que ha bajado la población en edad escolar de Milwaukee, ha subido el número de alumnos matriculados en los colegios públicos. Ahora tienen al 80% de los estudiantes de primaria, mientras que en 1990 tenían al 78%».
Norquist cita otros dos estudios. Uno, publicado en enero pasado por un miembro (demócrata) del Milwaukee Public Schools Board of Directors, afirma que, en los colegios públicos de la ciudad, los resultados académicos «han mejorado entre 1997 y 2001, que es el periodo de mayor expansión de la elección de centro escolar». Otro, de John Gardner, comprueba que habido mejora de resultados también en comparación con la media nacional. Y señala que ha descendido la tasa de fracaso escolar a la vez que ha aumentado el número de estudiantes de rentas bajas en la enseñanza pública de la ciudad.
«La elección de escuela no solo está cambiando la enseñanza en Milwaukee, Cleveland y otros lugares: está transformando también la vida de las personas menos favorecidas», concluye Norquist.