En Hong Kong llama la atención la patente alegría que muestran las trabajadoras filipinas, pese a sus duras condiciones de vida. The Economist se pregunta en un reportaje especial de Navidad (22 diciembre 2001) por la "antropología de la felicidad" que explica esta paradoja.
Todos los domingos, cuenta el semanario, una avalancha de 154.000 empleadas de hogar de origen filipino abarrota las calles de Hong Kong. Forman corros y pasan el día en un ambiente festivo y alegre: sonríen. Algo nada habitual en las calles de una ciudad agarrotada por el stress.
Todo hogar hongkonés de clase media tiene a su servicio a una de estas mujeres (amahs se las llama en cantonés), muchas de origen filipino. "Más de la mitad son tituladas unive…
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