Tras la presentación de la teoría de la “ontología realista”, que Markus Gabriel llevó a cabo en Por qué el mundo no existe, en el presente volumen expone sus bases teóricas y su fundamentación filosófica. En este caso, adopta la forma de un manual que incluye un pequeño Prólogo a la edición española, una extensa Presentación y una Bibliografía, así como un Glosario, realizado por el traductor Raúl Gabás, que supone una valiosísima guía.
Gabriel parte de los análisis de Kant y Frege sobre la existencia, y llega a la conclusión de que el ser o la existencia no es una propiedad del objeto. ¿Qué es entonces? La respuesta está en su propia “ontología realista”, según la cual existir es aparecer en un campo de sentido (pluralismo ontológico). No hay, pues, como viene manteniendo el autor desde hace tiempo, un mundo unitario, un mundo que podamos presentar en una “imagen” o captar en una “intuición”. Para demostrar su tesis, Gabriel convoca a los grandes metafísicos y lógicos desde Parménides a Frege, pasando por Platón, Aristóteles, Descartes, Kant, Hegel, Carnap, Quine o Putnam, entre muchos otros.
La “ontología realista” supone una denuncia de la ilusión del realismo metafísico. Y renuncia a dos ideas fundamentales: por una parte, a la asociación de ontología y metafísica, y, por otra, a la existencia de una totalidad unificada de lo que existe, que puede llamarse “el mundo”, “el ser”, “la realidad”, “el universo”, “el cosmos”. Porque, como el mismo autor afirma, “asumimos demasiado lastre metafísico”.
El punto de vista de Gabriel es que, empeñada desde hace milenios en la búsqueda de una imagen del mundo, “la metafísica ‘aflige’ a la filosofía”. Como si no se diera cuenta de que “nada lo abarca todo, ninguna cosa, ningún pensamiento, ninguna operación abstracta, ningún cálculo, ninguna fórmula, ningún Dios, ningún principio, ningún conjunto de principios”. Así, llega a afirmar que “ni siquiera Dios habría podido crear el mundo”, porque para ello, según su premisa de la inexistencia del mundo, “Él se habría debido crear trivialmente junto con el mundo”. Parece pues que ineludiblemente la metafísica conduce a la ontoteología y ésta a la teología paradójica.
Su propuesta es sustituir la metafísica por una disciplina relevante que le suceda, como la ontología, siempre y cuando no se sirva de la ontoteología, o lo que es lo mismo, de una concepción general del mundo, de una concepción unificada de la realidad. Por tanto, la conclusión es: no metafísica, sí ontología, y en ningún caso subordinar la ontología a la metafísica, sino independizarla.
A pesar de la facilidad comunicativa que el joven pensador alemán despliega en todos sus libros, Sentido y existencia es un manual de alto contenido especulativo, sobre todo, lógico y metafísico, que requiere para su lectura de una buena preparación filosófica.
Está claro que Grabriel tiene aversión (o quizá miedo) a la metafísica y también que quiere superar de una vez por todas el pensiero debole de Vattimo (no hacerlo sería permanecer en las arenas movedizas de la posmodernidad). Pero el dilema no le lleva a otro sitio que a una suerte de “supremacismo ontológico”, donde los conceptos metafísicos (el yo, el mundo y Dios), disueltos por el pensamiento posmoderno, queden definitivamente sometidos a la ontología, la cual se presenta como el antídoto definitivo contra las pretensiones totalizadoras que puedan resurgir en la nueva etapa “ultraposmoderna”.
<!–[if gte mso 9]>
Name=»Grid Table 1 Light Acc