Una novela breve, atractiva y con un toque de humor, ambientada en la Little Italy del Chicago de los años cuarenta que la autora, Tina de Rosa (1944-2007), conoce bien porque nació y se crio allí. Un barrio en el que se oye hablar en italiano, se come pasta y se conservan las tradiciones familiares de la recordada e idealizada Italia. Allí recalaron los numerosos emigrantes italianos que llegaron a Estados Unidos en busca de trabajo, como hicieran los rumanos o los judíos en otras barriadas. La novela termina con su demolición por orden del Ayuntamiento En Little Italy vive la familia BellaCasa, cuya historia se cuenta en esta novela. La abuela Doria, el eje familiar, entretiene a los hijos y nietos con historias italianas y une a la familia en los momentos difíciles.
La novela comienza con el flechazo entre su hija Sara y el joven policía Marco, con el que pronto se casa y tienen dos niñas: la primera, guapísima desde la cuna, Doriana, enfermará y, con bella imagen de la autora, “un día entró en el bosque para contemplar los pájaros y perdió la llave de vuelta a casa”. La segunda, Carmolina, es una niña quizá no tan guapa pero vivaz y lista. A partir de ahí se engarzan las historias familiares a las que se añaden las de los demás BellaCasa.
De Rosa escribe con soltura, con una prosa sencilla, en ocasiones casi poética, en la que abundan imágenes y metáforas siempre naturales, que sin muchas palabras nos hacen intuir o sentir lo que quiere decir. Se trata de un relato intimista, en el que se refleja el mundo interior de los personajes, niños, adultos y mayores. Con acierto y sensibilidad, recoge sus alegrías, sus miedos, su soledad, y sus esperanzas.
Es también un relato costumbrista, que plasma el modo de vida de los italianos afincados allí, con un colorismo en el que se perciben hasta los sabores y olores napolitanos.