Publicada en 1934, fue la primera novela de Richard Henry Sampson (1896-1973) y apareció con el seudónimo por el que se le conoce: Richard Hull. Después de esta vinieron catorce novelas más, todas de crimen y misterio, con las que cosechó bastante éxito.
El narrador es Edward Powell, un hombre ya maduro, que fue educado desde niño por su tía Mildred tras la muerte de sus padres en un accidente. Depende económicamente de ella, pues Edward sólo se dedica a leer literatura francesa, sin tener ninguna otra ocupación. La relación entre los dos es cortés, flemática y cínica, ya que no se pueden ni ver. Ni siquiera tienen gustos parecidos: si uno es urbanita y odia el campo, la otra es una enamorada del ambiente rural de Gales; mientras ella es hacendosa y laboriosa, el otro es un vago redomado; si uno tiene un perrito pequinés, la otra dos grandes fox terrier…
Harto de soportar esta tediosa situación, Edward decide asesinar a su tía. La novela consiste en explicar en un diario que tiene escondido en una caja fuerte los diferentes procedimientos que va a poner en práctica para conseguir su objetivo.
La trama es ocurrente por la manera en que Edward interpreta las cosas. Sus observaciones, en la órbita del típico humor inglés, provocan en el lector una sonrisa constante. Y con esta manera de relatar, Hull mantiene la tensión hasta el sorprendente e irónico desenlace.
