Las películas sobre clanes mafiosos que hacen valer su ley a sangre y fuego han rociado la imaginación de algunos jóvenes –o niños, para mayor propiedad– de Nápoles. Juegan a ser gánsteres como los de toda la vida, de los de besar la mano a los capos veteranos, ajustar cuentas a los que se salen del tiesto y hacer de la extorsión y el narcotráfico un “honorable” medio de vida. Aunque juegan no es la palabra más exacta.
Es ficción, pero brota de la descarnada realidad. La retrata el napolitano Roberto Saviano, autor de Gomorra, que vuelve a las librerías con esta otra historia sobre el crimen organizado en su ciudad, en la que no puede poner el pie por haber incomodado al clan de los Casaleses y en la que se lucha por el control de los negoc…
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.