Alexéi Nikoláievich Tolstói (1883-1945) está considerado uno de los grandes escritores rusos de los años veinte y treinta. En este libro, una de sus mejores obras, reunió una parte de los recuerdos de su infancia. En tercera persona, narra con buen humor un año de la vida de Nikita, un niño de diez años: sus relaciones con sus padres, con su preceptor, con los sirvientes, con amigos campesinos de su edad, y con otros chicos, hijos de una amiga de su madre que vienen de visita unos días.
El cuadro costumbrista que resulta es un buen testimonio de un tiempo y unas gentes que vivían la sucesión de las estaciones del año como grandes y siempre nuevos acontecimientos; de una familia de aristócratas en las que se leían en voz alta obras de los grandes autores rusos del siglo XIX; y del mundo interior de un niño solitario, ajeno a los acontecimientos del mundo exterior, y cuyos sueños se alimentaban de los relatos de Julio Verne o Fenimore Cooper.