Se han traducido al español dos nuevos libros del popular escritor italiano Andrea Camilleri (1925). Ninguno de los dos está protagonizado por el famoso inspector Montalbano, héroe de un buen número de novelas policiacas del autor, ambientadas en su Sicilia natal.
El caso Santamaría es una novela breve y muy original, concebida como un juego literario, que muestra la madurez y el oficio de su autor. En ella, Mauro Assante, inspector de una empresa de auditoría, recibe el encargo de investigar al Banco Santamaría, una pequeña entidad que tiene, sin embargo, influyentes socios y clientes. Assante descubre que no han operado con arreglo a la ley, y también intuye que el resultado de su informe puede ser peligroso a causa de los intereses que están en juego.
Lo mejor de la novela es el personaje de Assante, al que se describe con profundidad. Se ha casado mayor, y en estos momentos se encuentra solo en Roma, ya que ha enviado a su mujer y a su pequeño hijo a un pueblo del Trentino, por motivos de salud del niño. Assante es una persona íntegra, algo ingenua y muy trabajadora.
Pero a medida que la investigación avanza, empiezan a suceder cosas raras a su alrededor, sutiles amenazas para que no continúe con su trabajo. Ni el lector ni Mauro saben quién dice la verdad de los personajes que se mueven a su alrededor, ni de quién puede fiarse. La sorpresa del desenlace está, precisamente, en el comportamiento de esas personas. Aunque tiene los ingredientes de una novela de intriga, su interés es, como dice su autor, más humano y novelesco.
Por otra parte, Gotas de Sicilia, contiene siete relatos breves, previamente publicados en L’Almanacco dell’Altana, entre 1995 y 2000. Todos son profundamente sicilianos y dan a conocer la manera de vivir y de pensar de las gentes de aquella isla que Camilleri ha convertido en el centro de su literatura.
Cada historia tiene un encanto especial y todas relatan hechos verídicos y experiencias del propio autor. De entre todas destaco la primera, “El tío Cola”, por su originalidad y la forma en que está escrito, usando muchas palabras dialectales sicilianas. Se trata del monólogo de un mafioso al final de su vida, contando –a su modo– algunos de los singulares episodios de los que tomó parte activa y en los que se junta una crueldad sin límites con un cinismo profundo y, a la vez, cómico.
Los seis relatos restantes abordan personajes y costumbres singulares de Sicilia, escritos con humor irónico y con un ritmo ágil.