Tres hilos narrativos tiene la nueva novela del maestro del thriller de intriga: la crisis empresarial y económica desencadenada tras la quiebra de Lehman Brothers y su influencia en muchos de los grandes bufetes de abogados; la fuerte conciencia ecologista sentida en todos los países occidentales, y la importancia de la mujer en el mundo laboral.
Samantha Kofer es una joven abogada que se ha criado en un ambiente jurídico. Su madre trabaja en el Departamento de Justicia y el padre en un bufete propio que se encarga de grandes casos relacionados con la aviación, aunque últimamente ha tenido problemas. Por su parte, ella trabaja en Scully & Pershing, un gran bufete de Nueva York que atraviesa una mala racha y del que la acaban despidiendo. Pero, curiosamente, le mantienen el seguro médico, a condición de que preste sus servicios de forma gratuita en una ONG durante un año; después, tal vez vuelvan a admitirla a su antiguo puesto.
Samantha se pone en contacto con varias ONG, pero están saturadas de voluntarios y solo consigue que la acepte Mattie Wyatt, directora del Centro de Asesoría Jurídica Mountain, de Brady, un pueblecito de Virginia. A partir de este momento es cuando comienza a ejercer la abogacía de verdad, ayudando gratuitamente a los más pobres en una zona duramente castigada por las malas prácticas de las compañías mineras.
Con estos mimbres, más un estilo que va al grano y a toda velocidad, construye su novela Grisham, que añade otro elemento: la presencia de abogadas que se enfrentan a las grandes compañías representadas por enormes bufetes llenos todos de hombres. Grisham pone el acento en la intriga de la novela, donde recalca los enormes fallos del sistema judicial norteamericano y la falta de protección, en muchos casos, de los más débiles. El contraste entre la vida campestre, tranquila, familiar en los pequeños pueblecitos de los Apalaches y el estrés de la vida de la gran ciudad es otro de los ingredientes que merecen destacarse.
