De cara a la celebración del próximo Sínodo ordinario sobre la familia, están publicándose algunos ensayos sobre ciertos temas planteados en la reunión extraordinaria del pasado mes de octubre; ensayos que reflexionan con sosiego sobre los aspectos que han reclamado más atención mediática, como la situación de los fieles divorciados y vueltos a casar, entre otros.
Pero, con independencia de las situaciones concretas, algunos teólogos e informadores se han acogido a la supuesta contradicción que existe entre disciplina y doctrina, o entre la normativa canónica y la atención pastoral. En la salud y en la enfermedad, en el que colaboran destacados canonistas, rebate esa presunta contraposición y expone, con rigor y claridad, que entre esos pares conceptuales, como entre misericordia y justicia, hay concordancia, ya que todos ellos son dimensiones situadas en el núcleo del misterio eclesial.
La justicia y la misericordia resultan ser, según la comprensión clásica, como dos caras de la misma moneda. Porque el que recibe el don de la misericordia, explica el profesor Sánchez Navarro, queda capacitado para reiniciar su vida. Si la misericordia no conduce a un cambio de vida se produciría una falsificación del don.
La situación de los católicos divorciados y vueltos a casar ha causado preocupación desde hace muchos años. En este ensayo, sin embargo, se sostiene que sería insuficiente proponer una pastoral familiar centrada exclusivamente en estas situaciones irregulares, así como reducir los problemas de estos fieles a su admisión a la eucaristía.
Frente a estas visiones simplistas, Miguel Ángel Ortiz, experto en Derecho Matrimonial Canónico, cree que la respuesta ha de ser, primero, preventiva. A su juicio, la revitalización de la familia en el contexto del Sínodo tiene que vertebrarse sobre tres ejes: en primer lugar, sobre una seria preparación al matrimonio cristiano; en segundo término, sobre la educación de los hijos y, por último, sobre el acompañamiento espiritual a las familias. Se trata de abrir una vía que prevenga futuros fracasos y difunda la riqueza de la visión cristiana del matrimonio y de la familia.
El último de los trabajos se dedica a exponer el proceso matrimonial canónico, discutiendo algunas de las mejoras que se han propuesto y desvelando las ventajas de su naturaleza jurídica y de otras de sus exigencias, como la necesidad de “doble conformidad”. El diseño procesal de las causas de nulidad manifiesta el compromiso de los tribunales eclesiásticos por la búsqueda de la verdad, y las dilaciones obedecen sobre todo a factores no vinculados con el iter procesal, como la falta de preparación de los abogados, el obstruccionismo y los intereses espurios de las partes o la escasa remuneración.
En la salud y en la enfermedad es, en definitiva, un volumen que puede servir para orientarse en algunos de los temas que abordará el Sínodo.