El autor de El espía que surgió del frío sigue fiel a su estilo y a los temas que le han dado tanta fama desde hace ya más de cincuenta años. La historia de Una verdad delicada es también de espionaje, pero Le Carré (1931) incluye una reflexión moral en su desarrollo: ¿quiénes son los responsables de los efectos colaterales de una acción oficial secreta?, ¿existen límites en una operación secreta?, ¿el fin justifica los medios? y ¿cómo son los políticos que ocultan las consecuencias de sus acciones cuando son claramente censurables?
La novela arranca de una operación secreta en Gibraltar en el año 2008 donde se pretende capturar a un terrorista islámico, potencial amenaza para el Reino Unido. El gobierno británico, que es el que ha montado la operación, envía de observador a Kit Probyn, diplomático de poca monta, que tampoco entiende mucho de lo que allí está pasando. Probyn conoce a un equipo de soldados británicos y a su jefe y se entera de la participación de una extraña empresa americana que sirve de apoyo a la acción. Todo se presenta como un éxito total y a Probyn le mandan unos años a un cómodo puesto en el Caribe, recibe el título de Sir y se acaba retirando con su mujer al campo y a disfrutar de una casa recibida en herencia. Pero… en medio de una fiesta popular se encuentra con el jefe de los soldados británicos, quien le echa en cara su participación en aquella acción por sus consecuencias. Y a partir de aquí comienza realmente la novela.
Empujado por su mujer y su hija, comienza a investigar sobre lo sucedido y enseguida se encuentra con una barrera por parte de los medios oficiales. A través de Tony Bell, también funcionario de Exteriores y que está al tanto de lo sucedido, se desarrolla una investigación al margen de las instancias oficiales para aclarar unos hechos que están marcados por un secretismo y una red de medias verdades, mentiras y silencios comprados por un falso sentimiento de salvar al Estado.
No faltan en la trama las habituales intrigas y tensiones. Escrita con el oficio de muchos años, resulta impecable en su género.