Las ocho novelas policiacas publicadas en España del escritor griego Petros Márkaris han conquistado a un amplio número de lectores. Sus claves son muy sencillas, pero solo un buen maestro del género sabe conjuntarlas adecuadamente, sin que pierdan la novedad. En un momento editorial donde parece que los escritores nórdicos, con sus patológicos relatos, han acaparado toda la atención, las novelas de Márkaris son el universo opuesto: llenas de alegría mediterránea, con unos personajes normales y una sociedad, sí, con defectos pero que no olvida lo que es el bien común y la solidaridad. Además, Márkaris, como sucede en esta novela, aporta también mucho humor. Con Pan, Educación, Libertad, Márkaris cierra la trilogía de la crisis, de la que también forman parte Con el agua al cuello y Liquidación final.
En esta, la acción transcurre en enero de 2014 y hay tres países a los que la crisis ha obligado a abandonar el euro: Grecia, Italia y España. Aunque se equivoque en algunos detalles, no lo hace en la descripción de la situación social, económica y política, con las bajadas de sueldo, sus manifestaciones continuas y unos indignados ciudadanos que ya no saben qué inventar para poder sobrevivir dignamente. En este ambiente aparecen tres asesinatos desconcertantes. Sin embargo, a medida que se avanza en la lectura se descubren los hilos ocultos y las coincidencias entre ellos.
Costas Jaritos, el comisario, lleva todo el peso de la narración, pero lo hace de un modo discreto. Junto a él, su mujer, puro sentido común, genuina ama de casa que lleva su “empresa” a la perfección y que en este caso ayudará a todos a campear la crisis. Con ellos, Katerina, la hija, abogada, y su marido, Fanis, médico; por último, Zisis, el amigo comunista, con un sentido común fuera de la norma. Todo un grupo de personajes muy bien trazado psicológicamente y ya familiar para los lectores. Y como telón de fondo, la caótica Atenas.