Una versión de esta reseña se publicó en el servicio impreso 91/13
La mejor metáfora para entender el modo de ser de la realidad natural no es la que lo compara con una máquina, sino la que lo compara con un organismo vivo. Esta es una de las ideas centrales que orientan las reflexiones de este libro y que constituye, según mi opinión, el núcleo de lo que aspira a ser su aportación a la ciencia. Sheldrake (1942) no quita méritos a la ciencia actual, pero sostiene que el modo de pensar que ha propiciado es el que ahora la tiene como rehén de sus propios presupuestos.
El autor, biólogo, trata de aportar una visión de la realidad y de la ciencia que la libere de la cárcel que ella misma se ha construido. Aborda esta tarea en doce capítulos, m…
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