Publicada en 1938, La muerte del corazón es la obra más conocida de Elizabeth Bowen (1899-1973), escritora irlandesa que vivió en Inglaterra y formó parte del Círculo de Bloomsbury. Considerada heredera de Virginia Woolf, se la vincula con Irish Murdoch y Muriel Spark. En España también se ha publicado Siete inviernos (2008) y La casa en París (2008).
La acción transcurre en Londres, en el periodo de entreguerras. La protagonista es Portia Quayne, joven de dieciséis años a quien todos consideran todavía una niña, sin experiencia de la vida, ni del amor. Tras la muerte de su madre, su hermanastro Thomas se ve obligado a acogerla en su casa para cumplir los deseos de su difunto padre. En ella, Portia se encontrará con Anna, la mujer de Thomas, prototipo de mujer vacía, egoísta y superficial. El choque emocional que padece Portia es grande, acostumbrada como estaba al cariño de su madre, y pronto se da cuenta de la falsedad de Anna y de la poca fuerza moral de Thomas.
En esta situación de rechazo y soledad, Portia encuentra cariño y comprensión en la criada de la casa y, más tarde, en Eddie, curioso personaje, joven y extraño amigo de Anna, del que Portia se acaba enamorando.
La muerte del corazón está dividida en tres partes, “El Mundo”, “La Carne” y “El Diablo”, marcando así el itinerario por el que pasa Portia. El mundo interior de los personajes principales y secundarios cobra en estas páginas una importancia muy grande y en describirlo con minuciosidad radica la maestría literaria de la autora. Bowen realiza diferentes retratos de sus reacciones, sus puntos de inflexión, sus defectos y los egoísmos tan arraigados cuando no se les pone freno… Aunque en ocasiones el ritmo sea lento y se recree en demasiadas descripciones, la novela es muy agradable de leer. Además, hay también una mínima intriga que mantiene la tensión. No es extraño, pues, que La muerte del corazón esté considerada como una de las mejores novelas inglesas del siglo XX.
