La última novela del japonés Haruki Murakami (1949) es más madura y compleja que las anteriores, con más personajes sólidos y con una trama que los entrelaza en una tensión que comienza en la primera línea y no se abandona hasta la última. Murakami introduce a una mujer asesino profesional –Aomame- que se desfoga con el sexo como una vía de escape. La novela arranca como si fuera de género policiaco, detallando minuciosamente los pasos decididos que Aomame sigue para conseguir su primer objetivo. Tengo es el co-protagonista, cuya vida conocemos en episodios alternos, de modo similar a su anterior novela. Es otro personaje solitario, como suelen ser los de Murakami, de costumbres sencillas que también tiene una doble profesión: da clases en …
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