El capote


Nórdica.
Madrid (2011).
104 págs. 15 €.
Traducción: Víctor Gallego.

TÍTULO ORIGINALShinel

GÉNERO

Publicado en 1842, el mismo año en que apareció la primera parte de Almas muertas –su gran obra junto con Taras Bulba–, El capote está considerado uno de los mejores relatos breves de la historia de la literatura rusa. Gógol (1809-1852) lo escribió en el extranjero, tras abandonar Rusia en 1836. Fue incluido más tarde en su libro Historias de San Petersburgo, donde también figuran otros relatos inolvidables, como La nariz.

Con sus altibajos, Gógol es uno de los grandes de la literatura rusa que, además, influyó de manera determinante en algunos autores del siglo XX, como Kafka y Melville. De hecho, El capote está considerado el más claro antecedente de Bartleby, el escribiente.

En El capote se cuenta el triste final de uno de los personajes más entrañables de la historia de la literatura, Akaki Akákievich Bashmachkin, un mediocre y laborioso funcionario, sin brillo ni posibilidades, que se gana la vida copiando textos en una oscura oficina en la que tiene que soportar las burlas de sus compañeros. Vive en una modesta pensión y su vida tiene como único horizonte su anodino trabajo. Pero el invierno en San Peterbursgo es duro e inclemente y Akaki tiene que cambiar de capote para protegerse del frío. La compra del capote es, para Akaki, un acontecimiento por lo que supone de inversión (se pasa meses ahorrando para poder encargarlo) y de novedad en su gris vida. Cuando lo estrena, todo son parabienes hasta en la oficina. Pero un día se lo roban.

El relato tiene múltiples lecturas, como sucede con los libros ya clásicos. Unos han visto una despiadada crítica social a la Rusia de su tiempo; otros, una sátira de la burocracia funcionarial, como ya había hecho en su comedia El inspector. El final, que incluye elementos fantásticos, añade más posibilidades narrativas a una trama sencilla que, sin embargo, toca la fibra de la gran literatura. La simplicidad de Akaki se ha convertido en un eficaz símbolo de la humilde condición humana, amenazada por la vanidad y las miserias. Esta edición ha sido ilustrada por Noemí Villamuza.

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