El emperador Adriano (76-138 d.C.) nació en Roma, de ascendencia hispana, sucedió al emperador Trajano y gobernó el imperio entre el 117 y el 138 d.C. Muy viajero y con fama de pacífico -detuvo el expansionismo de Trajano-, sin embargo durante su reinado se reprimió la revuelta judía, con un saldo de medio millón de muertos entre los judíos.
Dos significativos monumentos romanos son huellas de su vida y de su muerte: el Castello di Sant’Angelo (construido sobre su mausoleo) y el Panteón de Agripa (reedificado por su mandato).
El libro de Birley es una biografía estrictamente académica, minuciosa, positivista. Está bien escrita -y traducida- y supone un alarde en el uso de las fuentes literarias, epigráficas y numismáticas. Birley no hace ni…
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