Joaquín Navarro-Valls es mundialmente conocido por su labor al frente de la oficina de prensa del Vaticano durante el pontificado de Juan Pablo II. Actualmente, entre otros trabajos, es colaborador del diario italiano La Repubblica, donde publicó los artículos recogidos en este libro.
De los cuatro grandes apartados que componen el libro, sólo en el primero hace comentarios sobre personalidades a las que ha conocido o tratado. El resto del libro lo forman las reflexiones sobre noticias internacionales, que por su propio carácter son coyunturales -un viaje, un atentado, unas declaraciones, etc.-, como cabe esperar de artículos periodísticos.
Una mirada cercana al libro permite ver al médico y al comunicador, buen humanista por su sólida formación cultural y antropológica. Lo importante no es tanto la noticia comentada, como que vaya al núcleo del tema que aborda: el mundo musulmán, el laicismo, el derecho a la vida, la democracia y la libertad, etc.
Navarro-Valls, durante sus muchos años de estancia en Roma y sus viajes con Juan Pablo II, ha adquirido una visión del mundo contemporáneo como pocas personas han tenido oportunidad de tener. Por el cargo desempeñado y por sus condiciones personales, Navarro-Valls ha sido una de las personas mejor informadas sobre acontecimientos de calado mundial de las últimas décadas. Entre ellos, la caída del sistema comunista en Europa o la postura activa de la Santa Sede en eventos como las conferencias de la ONU en El Cairo sobre la población y la de Pekín sobre la mujer.
Los breves comentarios que hace en el primer apartado sobre figuras tan dispares como la Madre Teresa de Calcuta, Gorbachov, sor Lucia, san Josemaría Escrivá, Joseph Ratzinger, Juan Pablo II o Fidel Castro, reflejan la capacidad para captar, hasta donde es posible, el motor y los rasgos fundamentales de cada una de las personas a las que se refiere. Nunca son comentarios ligeros, sino finas sugerencias que ayudan al lector a llegar al fondo de actuaciones.
Detrás de cada anécdota relatada, hay vivencias que corroboran lo que afirma. Su carácter sugerente, periodístico, no puede hacer olvidar al lector que quien escribe sobre el laicismo es un humanista de sólida preparación, que sabe trascender lo contingente y ver lo esencial.
Navarro-Valls es un hombre de concordia, que busca valores humanos que unen en vez de aristas que separan, y que tiene la claridad mental y la visión de conjunto precisas para analizar las causas o las consecuencias de los sucesos. No podemos perder de vista que, a pesar de la aceleración de la historia, los grandes temas de la modernidad siguen sobre el tablero personal, institucional e internacional.