Hace tres años llegaba al mercado editorial español el libro de Ken Bain Lo que hacen los mejores profesores universitarios, que abordaba las múltiples tareas docentes de una forma práctica y estimulante. Y ahora, de nuevo de la mano del servicio de Publicaciones de la Universidad de Valencia, se nos ofrece un sugerente ensayo de Donald Finkel, titulado Dar clase con la boca cerrada.
La tesis del libro consiste en que el aprendizaje efectivo de los estudiantes no depende tanto de las sesiones teóricas del profesor, como de las cosas que es capaz de hacer por cuenta propia el alumno, es decir, el aprendizaje práctico (y eso que -paradójicamente- los consejos del autor son más fáciles de aplicar en las letras que en las ciencias). Así se explica el título de la obra, pues centra la docencia no en el papel del profesor en la clase sino en cómo éste pueda crear las condiciones para que el alumno tome un papel activo a la hora de aprender.
Hasta aquí nada nuevo. Ahora bien, el modo en que Finkel expone cómo hacer esto posible es lo realmente sugerente y definitivamente novedoso. Esta obra no cuenta una teoría sobre la buena docencia; lo que hace es contar con ejemplos concretos cómo dar buenas clases. Por eso resulta muy recomendable para profesores de secundaria y universitarios (Finkel dio clase en ambos niveles).
Para hacerse una idea de la variedad de aspectos analizados -y lo lejos que estamos a veces de plantearnos cómo mejorar en estos ámbitos- aquí van unos botones de muestra: cómo sacar partido en el aula a los libros de literatura leídos en casa (¡y lo hace nada menos que con la Ilíada de Homero y los Diálogos de Platón!); cómo diseñar las clases para que los alumnos participen llevando el peso de las sesiones (y aquello no acabe en una pérdida de tiempo); cómo hacer que los alumnos estudien y trabajen en equipo.
Finkel también sugiere ideas para lograr que los alumnos aprendar a escribir ensayos y trabajos más extensos (más aún: para conseguir que se corrijan entre ellos); explica cómo dar clase junto con otro profesor; y, por si fuera poco, cómo hacer para que los alumnos trabajen como nunca en una asignatura que no tiene calificaciones…