El marketing se ha introducido de lleno en el mundo editorial, para lo bueno y para lo malo. Para lo bueno, porque vender libros es el objetivo de los autores y las editoriales. Para lo malo, como han advertido diferentes editores -como André SchiIffrin en su polémico y profético La edición sin editores, porque hay editoriales que se han puesto totalmente en manos del marketing, decisión que ha rebajado su idea de la cultura y la literatura.
La autora de Marketing para escritores ha publicado varios libros de ficción y ensayos relacionados con el marketing, como Y tú ¿qué marca eres? y Aprender comunicación digital. Partiendo de su experiencia en estos dos terrenos expone una visión en la que el libro es un producto cultural más, y como tal hay que entenderlo. La afirmación pondrá nerviosos a más de uno, que siguen pensando, y puede que no les falte razón, que la literatura es un bien cultural que no puede plegarse a los intereses comerciales, ni en su proceso de escritura ni en su difusión y distribución.
La autora define, pues, al libro como un producto y al autor como parte fundamental de las estrategias de marketing que tienen que ponerse en funcionamiento para vender el libro. Para ello, es importante que los escritores conozcan muy bien todos los procesos editoriales. La autora habla de cómo enviar los manuscritos, la carta de presentación, el papel de los/las agentes editoriales (“el poder de las agencias crece cuanto más crece el volumen de manuscritos que aspiran a ser publicados”), los editores, los pros y contras de la autoedición, la distribución, la promoción, etc. Viene bien conocer un poco todo esto para comprobar lo complicado que es acertar en la publicación de un libro, en su promoción y, sobre todo, en la venta.
La autora parte también de una realidad que considera incuestionable: el impacto de las nuevas tecnologías en el sector del libro. Por ello considera que los escritores tienen que utilizar las nuevas tecnologías para ganar en visibilidad con el fin de llegar al mayor número de posibles lectores. La segunda parte del libro está dedicada a las “estrategias de visibilidad” tanto internas (en relación con la propia editorial) como externas (blogs, reseñas, comentarios, presentaciones, firmas, columnas, relación con libreros, etc.). Para la autora, la competencia es tan grande que para que “un libro pase de la invisibilidad a la oportunidad requiere de la participación del autor en las áreas de marketing y comunicación”.
Toda esta actividad puede venir muy bien para promocionar un libro, pero conviene que los autores no confundan sus cometidos: lo más importante en su caso es escribir un buen libro.