De estas páginas se puede concluir que el aborto no es nunca la solución para una situación desgraciada. La doctora Burke lleva bastantes años dedicada a tratar a las mujeres que en un momento de su vida decidieron no seguir adelante con su embarazo. Para ellas fundó la Viña de Raquel, una organización en la que estas mujeres reciben ayuda para seguir adelante con sus vidas. Por su parte, David C. Reardon, coautor del ensayo, creó el Instituto Elliot para estudiar las consecuencias de los abortos.
Fruto del trabajo de los dos con mujeres traumatizadas, con síntomas depresivos, en ocasiones marginadas, es este libro conmovedor y realista que trata de demostrar que el aborto genera problemas tanto físicos como psíquicos en ocasiones irreparables. El libro está apoyado con investigaciones y estadísticas que se recogen en anexos y con testimonios personales sobrecogedores.