Novela corta, en la línea de El baile, que cuenta la historia de Ismael, un niño judío pobre de una ciudad del Mar Negro que es capaz de cantar con un desgarrado sentimiento las penas y alegrías de su gente. Con sus actuaciones en las tabernas del puerto fascina a un poeta que le introduce en el ambiente de una riquísima mujer a la que su corte de aduladores llama “princesa”. Tras unos años de agasajos y esplendor en esa vida despreocupada y fácil, el niño tendrá que enfrentarse a una adolescencia muy distinta que cambiará radicalmente su vida.
Como es habitual en las novelas de Némirovsky (1903-1942), la narración está llena de fuerza, interés y buena literatura, además de ser un prototipo, si se quiere, de fábula sobre la infancia y la adolescencia.