El maestro de almas fue publicada en 1939 por entregas en un semanario y apareció en 2006 como libro. Es otra de las novelas que se han rescatado de Irène Némirovsky (1903-1942), tras el éxito que consiguió en 2004 la publicación de Suite francesa, novela hasta entonces inédita de la autora, que encontraron sus familiares entre sus pertenencias muchos años después de su muerte en Auschwitz.
En El maestro de almas se cuenta la historia de un refugiado ucraniano que lucha por hacerse valer como médico y trata de conseguir la integración de su familia en la sociedad francesa. Para conseguir su fin, no duda en llevar a cabo las prácticas profesionales y sociales más ventajosas, incluso al margen de la deontología. La época de entreguerras, el auge del psicoanálisis y las modas de la sociedad burguesa parisina y de la Costa Azul favorecen que consiga un éxito de relumbrón entre pacientes neuróticos influenciables en su búsqueda de la felicidad.
La historia va tomando una compleja dinámica de entrecruzamientos de personajes prototípicos para representar los éxitos y depravaciones de un ambiente social y profundizar en la psicología de esas personas, sus ambiciones, tribulaciones, generosidades y sus conductas depredadoras. La novela tiene algo de folletín en su trama y en la construcción de los personajes, lo que rebaja algo su calidad, pero no pierde el interés. En esta obra, además, parece que la autora, rusa emigrada a Francia, proyecte el desarraigo del exilio que ella misma no logró superar, a pesar del éxito social. Un epílogo de quince páginas, escrito por dos biógrafos de la escritora, aclara con amplitud las perspectivas de los intelectuales sobre la situación de los exiliados rusos y judíos de aquella época en Francia.
