Este libro de Paul Krugman, premio Nobel de Economía, es una actualización del que publicó en 1999 sobre las crisis de la década de los noventa (Japón, México, Tailandia, Malasia, Indonesia y Corea), añadiendo un estudio sobre la crisis que sufrió Argentina en 2002 y, por supuesto, nuevos capítulos que abordan la crisis mundial actual. Su intención no es tanto ocuparse de lo que sucedió en cada una de las crisis analizadas, sino explicar por qué sucedieron.
Es la profundidad y la relativa sencillez con la que Krugman aborda un tema indudablemente complejo lo que hace al libro interesante. No obstante, el lector que no tenga cierta formación macroeconómica puede encontrarse con alguna dificultad al intentar seguir determinados razonamientos.
Krugman llega a la conclusión de que la crisis global actual es idéntica a las que se han vivido en el pasado, pero con la peculiaridad de que las circunstancias que provocaron las anteriores confluyen de manera simultánea: estallido de burbuja inmobiliaria, hundimiento del “sistema bancario en la sombra”, trampa de liquidez, interrupción de los flujos internacionales de capital y crisis de divisas. No obstante, a su juicio, el origen de la mayor crisis económica desde la vivida en 1929 se encuentra en fallos de los mecanismos de regulación del sistema financiero, cada vez más complejo.
Krugman es un neokeynesiano y esto, lógicamente, se percibe en su planteamiento y en sus soluciones. Es conocida su beligerancia contra las políticas económicas de Bush. En este sentido, aprovecha el último capítulo del libro para lanzar duras críticas a las ideas económicas dominantes en las últimas décadas (“economía de oferta”). Krugman plantea que la salida de la crisis actual pasa necesariamente por recuperar el “pacto keynesiano” que permitió superar la Gran Depresión de los años treinta, estimulando la demanda a través de incrementos significativos del gasto público.
Se podrá estar o no de acuerdo con los planteamientos económicos de Krugman, pero el caso es que todos los gobiernos están adoptando muchas de las medidas que se proponen explícitamente en el libro: descenso de los tipos de interés, apoyo financiero a bancos, incremento del gasto en obras públicas, etc.